Vuela alto, Pelo Blanco

Hola abuela, 

Creo que no hay mejor forma de empezar este pequeño homenaje que dándote las gracias. Las gracias por todo lo que has hecho por todos y cada uno de los que estamos aquí. En mi caso, por ejemplo, por acompañarme junto con el abuelo cada dia con 3 y 4 años a mis clases de natación durante la guardería. Mirarte desde el agua mientras tiritaba era toda la paz que necesitaba. A mis hermanas, por las clases de natación sincronizada en la piscina de Palma, a Gontzal y a Pablo por demostrarles que por mucho que ellos jugaran a fútbol como los Angeles nadie sabia mas de eso que tu, y que Raul no tenia que ir a la selección, tu famoso arroz y las sobremesas en navidad.

Parecen ejemplos banales, y tal vez lo sean, pero estoy seguro de que todos los que estamos hoy aquí acordándonos de ti tenemos cientos de cosas por las que darte las gracias… Como olvidar las velas antes de cada examen / juicio o simplemente dia complicado. 

Junto con el abuelo, fuiste una adelantada a tu tiempo, viajaste a paris y aprendiste ingles. Quien no ha oido el famoso my taylor is rich o tus clases maestras de vocabulario anglosajon. Te aprendiste las normas de ortografía y gramática mejor que mas de uno de mis profesores del colegio. Tengo que confesarte tambien que fuiste la persona que mejor y con mas cariño me vaciló. Y es que seamos sinceros, pocas cosas te gustaban mas que una riña tonta que acabara con una risa bien larga. Pero sobre todo, si tengo que quedarme, y creo que una vez mas hablo en nombre de todos, con algo de ti es que nos enseñaste a querer, a ser buenas personas y a hacer el bien. A que se puede ser duro pero también justo y a que no hay edad para ponerte blusas de lunares ni con lazo

Bilbao tiene ahora un poco menos de luz sin tu pelo blanco, pero esa luz esta en los corazones de todos los que hemos tenido la suerte de disfrutarte. 

Te quiero mucho abuela,

2024 ha sido…

Y es justo el día que menos pensabas, en el momento que menos creías, pero en el lugar en el que siempre lo hacías que decides parar y escribir un breve (o no, que para eso es mi recap) resumen de lo vivido en 2024. 

Si bien el 1 fue el primer día del calendario, el 14 embarcaba por primera vez en el vuelo que daría comienzo a mi nueva vida. Ahí estaba yo, una celebrity en la sala vip de barajas a punto de embarcar en el primer vuelo en business de mi vida. Tenia más dudas, incertidumbre, miedo y resquemor que equipaje, me creía sentir preparado (en realidad no) para lo que fuera que tuviera que venir en esta nueva aventura. Era domingo, era de noche y el miedo me embriagaba. Miedo a saber si sería capaz, a ver qué me encontraría por el camino y a echar demasiado en falta aquello que dejé atrás. 

El día 15 fue una nueva montaña rusa de emociones, el primer café, el segundo, comer en 10 minutos en una sala de reuniones comida pre cocinada mientras escuchaba mi primera call, asentir como si entendiese y dudar hasta de mi nombre. 

Fueron poco a poco pasando los días y con ellos mi memoria fue llenándose de primeras veces. Mi primer tardeo, el primer tenis al amanecer, o la primera visita de mis padres. Comer en un restaurante español y dejar en él toda la morriña acumulada, verles pasear de la mano en una noche londinense, el british museum o el primer “no podemos ganar en la puta vida”, una foto que meses después recrearía sin saber, comer langosta con hamburguesa o mi primer plan con amigos. Fabada y copas. Gracias Carlitos y Luis por cuidarme cada día 

Marzo fue la primera comida con Diego y la visita de Arturo, comprarme el cárdigan de Ami por haber sobrevivido e ir solo en busca de una paella y pagar 70£ por ella. Mi segundo tardeo y que Gabri enviara el reloj que mi padre me regaló por navidad de vuelta a Londres con mis jefes. Recibir mi primera postal. Marzo también fue mi primer Gatwick express a las 5 de la mañana

Abril fue volver a encontrarme con Victoria y con la abuela. Sacar a mi virgen a hombros y comer, comer mucho. También fue mi semana de ensueño. Volver a boadilla, volver a sentirme en casa y montarme en un tren camino al fin de semana más especial del año. Sevilla. Ironías del destino el hotel se llamaba Inglaterra. Esos días supusieron no parar de reír, abrazar a mis padres cada segundo, cantar y bailar, supusieron también por fin ver a mi Athletic campeón, el abrazo a mi padre al terminar el partido y el paseo de vuelta al hotel. El gin tonic de celebración y el golpe de realidad del día siguiente camino al aeropuerto para volver a la isla. Abril también fue reencontrarme con Vero y con Nico. Colarme en unas copas con Pablito y desentonar por ser el único que no llevaba camisa y americana. Abril fue la visita a la que ahora es mi casa, el primer offsite y Thames Water 

Mayo fue un FaceTime de noche con tus amigos desde el puerto de Santamaría. El de verdad sentirte querido y el comprar el guardián que ahora cada noche custodia a tu abuela, el indautxuko eguna con Gontzal y las cartas en sopelana con Ana y Amaia, el primer paintball y el skincare con Isa, fin de semana de Brunch y arroz de pato. La ansiada visita de Isa y Raúl. Un tardeo en el agua, y el anticipo de lo que será 2025 compartiendo casa con Raulinchi. Un instagram muy aesthetic y mi primer fin de semana de turismo 5 meses después de llegar. Mayo también fue conocer a Pati y su rissoto 

Junio fue Cloti y la final de champions en Wembley, la mudanza De Lara y la visita de Badia. Descubrir su paternidad y su vuelta a casa. Mi primera defensa de TFM como tutor o tener a Gabri descubriendo Bilbao. Junio también fue mi primer cumpleaños en Londres. El sentirme en casa por primera vez, el juntar a todos mis amigos en un solo lugar y por primera vez en años un bar volver a cerrar. Junio fue María y St Johns park. Fue Chinatown y el primer beso. Fue también la piscina en la azotea. Escapada a Wimbledon y descubrir que aquello de Londres tal vez no estuviera tan mal 

Julio fue Covid y el Chiringuito de Vista Hermosa, mi primer viaje con amigos y el off-switch. El tocino de cielo de Joselito Huerta y playa Canalla. Mi primer viaje de trabajo y saber que Amsterdam siempre tendrá un lugar especial en mi memoria. Las visitas inesperadas con una crepe debajo del brazo y hacer amigos en la piscina y acabar bebiendo en una azotea. Recoger el traje del vino, sol, chancletas y Porsche y la boda de Arturo. 

Agosto fue la despedida de Cloti y sanlucar, volver a ver amanecer, pasear por la playa y mis tartas caseras de desayuno, los molletes y el jamoncito, el meson de Manuela y la foto de mis padres que desde que la hice protege mi salvapantallas. La despedida de Betina o acabar en un museo de arte moderno rodeado de 5 desconocidas. Tenis al anochecer con Diego 

Septiembre fue la despedida, volver a chinatown y alguna que otra lágrima en una sudadera blanca, los por el momento últimos vinos en la azotea y el regalo más bonito que jamás recibí. Septiembre fue Lentrecotte y la Brasserie, las copas en casa de Fati y Jávea, Altea, un nuevo chiringuito y la primera despedida de verdad. Septiembre también fue Juanito y mis padres volviendo a pisar la isla. Su tortilla de patatas. 

Octubre fue Madrid y el Meliá. Fueron Clau y Lidia en Londres y la última entrevista de Raúl, fue cambiar el fondo de pantalla y fue Gontzal, el Ping Pong y Marylebone, los fideos más picantes que jamás comí y uno de los fines de semana del año en qué más me reí. 

Noviembre fue el golf y fue Madrid, fue María en Bilbao y Halloween, una visita sorpresa que cambiaría todo y Candlelight, fue ver al Chelsea y una casa rural, fueron Gabri y Raul, Óscar, Isa, la bolu, Naroa, Álex, Mario, Rooms y Rafa, una cita en el McDonalds de un aeropuerto y entender aquello de no es el donde, es el quien. 

Diciembre ha sido cerrarlo. Ha sido Valdilecha y volver a ver a Jorge, un viaje por carretera y volver a esquiar, el tenis navideño y una tortilla de patata con jamón, una ruta en bicicleta y el sol. Cargar pilas y descansar. 

2024 ha sido…

See you soon 2023…

Y de repente, sin comerlo ni beberlo llegó 2023, un año de cambios y transiciones, de bienvenidas y de despedidas, de viajes, aventuras y desventuras. Un año que espero me haya preparado para lo que se viene en 2024.

El año empezó como siempre en Sallent, esquiando, y preparando el primer viaje del año. Oporto. Con sus bodegas y su sol, con su comida rica y sus vinos, reencontrándome con un buen amigo y riendo cada segundo. Oporto también fue la primera cancelación de un viaje por trabajo y el when they say you can’t do it. Do it twice and take pictures.

Febrero fue huelva y Estella, fue mucha bici y mucho tiempo de calidad con los míos.

Marzo fue Alicante y Alpedrete. Entrajar a mi padre y ver a mis hermanas reír y bailar. A Victoria casi ver llegar y por su panza Gabriela casi no poder ni andar.

Abril fue San Mamés y dos pasos llevar. A MSE y a helen cuando su pie decidió el primer día de su jubilación romper. Fue san Sebastián y fue a la abuela justo antes de un paso a hombros cargar ver.

Mayo es lepicurien y es redescubrir a Arturo, es viajar a urueña y sobre todo volver a Paris. Es ver Roland Garros y es reenamorarme de la que un día será mi ciudad. Es comer y es beber. Es reír y disfrutar. Es con un gran amigo días de mucha magia pasar.

Junio es el día más especial desde que me mudé a la capital. Es sentir el calor de todo el equipo en aquellas cervezas improvisadas para mis 24 celebrar. Es el Bernabéu y es el verano ver empezar.

Julio es victoria y su nacimiento. Es el Guggenheim y la primera cena de padeleros. Julio es Rut y es Mer.

Agosto es la cuenta atrás. Es ver como los días poco a poco se conseguían tachar. Agosto es Pablo y es Laura, la boluda, Jaime y Gabriel. Agosto es la feria de málaga y es sanlucar. Es el cartojal y con Pepe y sus amigos como peonzas bailar. Son los amaneceres con el Sheriff y jamón y vino blanco cada día para cenar.

Septiembre es cadaques y es Dalí. Es la boda de Verónica, y es Bocelli. Es ver que Londres empezaba a ser una posibilidad y en ello no un poco creer. Es el brunch y es Adri, es Miguel y es Fede, es rafiki y es Fermín. Es la despedida de Pepe y es Parrete y el Bernabéu (otra vez)

Octubre es Chinchón y el desfile, es sevilla y su gente. Es Nico y su noche. Es Godscafe y Halloween. Es ale y es Gabriel, es Juanito y es bailar y es cantar. Es Raúl y sus fiestas. Son su gente y sus risas.

Noviembre fue Ali y fue Lorea, el reencuentro de México y la conexión Londres – Berkeley – México – Bilbao – Madrid. Es la primera vuelta a casa y es a Londres decir que sí. Es pasear con Luquitas y es reír cuando con nuestra vida no sabíamos dónde ir. Es ver a la Moda y es Dani D.

Diciembre es Sigüenza y es la boda de María. Es Meliá y son los chinos intrépidos. Es Andrea y son como siempre Juanito y Gabriel. Es rubicon y es el inicio de las despedidas. Es mirar atrás y reflexionar. Es con cierto acojono hacia adelante enfocar. Es Isa y es Santander. Son los primeros últimos abrazos y por supuesto es Sallent.

2023 es. O a partir de ahora, quizás mejor dicho, fue….

Primero desde que me fui. Primero desde Madrid.

Dicen que el precio de los buenos momentos son los recuerdos. Dicen también que las primeras veces son las más complicadas y que pronto Madrid se sentirá tu nuevo hogar. Tal vez se sienta así ya. No lo sé. Lo que sí sé es que desde el bus que me devuelve a la capital los sentimientos que rondan mi cabeza son variados. Son muchos los momentos guays vividos en estos 4 días que he pasado en el norte. Cantar a Pereza a pleno pulmón en unas fiestas de pueblo de esas que antes marcaban tu verano. Jugar al tenis con jugadores que un día tal vez salgan en la tele o volver a ver a tu gente. Sin embargo, también es amargo volver a sentir que te vas. Dejar a tus padres en casa mientras marchas camino al bus. Hacer correr a tu padre porque eres idiota y te has olvidado las llaves de casa, son las 17.47, estás en San Mamés y el autobús sale a las 18h. Suena Bad Bunny y ni siquiera oyes la canción que hasta ahora cada vez que oías gritabas como si no hubiera mañana. No sabes bien porqué, pero no te apetece demasiado hablar.

En tu nueva casa, en cambio, ya te esperan algunos planes. Un padel mañana con 3 compañeros de trabajo, quien sabe si ver a algún que otro amigo al que hace tiempo que no ves o cualquier cosa que te puedas inventar. Y es que Madrid es eso, es salir y saber que algo podrás inventar, saber que siempre hay algo que hacer o un plan que improvisar. Madrid son sus terrazas y sus espectáculos, su vida frenética y su mezcla de culturas. Madrid es, en definitiva, la casilla de salida hacia tu nueva vida. Casilla que por ahora te está sin duda haciendo despegar en todos los sentidos.

No sé cómo, pero he vuelto a terminar divagando sobre no tengo muy claro qué, pero supongo que es un buen reflejo de justo eso que estoy sintiendo: exactamente no sé muy bien el qué.

Julio de 2022 – Guillermo desde el Alsa que le devuelve a casa

We back

Cerrar. Abrir. Llorar, reír. Bajar. Subir. A todos de tu arte nutrir. Esa es justo la Magia de aquellos a los que nos gusta escribir. 

Han sido unos cuantos meses de sequía. De poca actividad en este blog que en muchas ocasiones era mi bahía. El sitio al que cuando algo no iba del todo bien siempre acudía y en el que sabía qué tú siempre me leías. 

Ayer, sin embargo, con esa sequía una conversación terminó. Él seguro que te leerá. No puedes privarle al mundo de tu escritura. No sé si puedo, pero supongo que eso de publicar es que debo. Compartir aquello que pienso con todos aquellos a los que mis palabras les puedan hacer sentir, reír o viejos recuerdos redescubrir. 

Sirva este post como anuncio de que mis escritos are back.